sábado, 30 de agosto de 2014

Adelanto del capítulo 7 + Fecha

Capítulo 7: El rescate de una princesa

 El próximo capítulo vuelve a centrarse en la trama de Anna, sin dejar de lado a Jack en ningún momento. Hans también estará presente en este capítulo.
 Anteriormente vimos a Elsa practicando con sus poderes en compañía de Jack, mientras Anna y Kristoff se vieron obligados a detener su viaje por extrañas situaciones climatologías adversas, terminando así en el interior de una caverna para refugiarse del frió viento. Pero Anna no está dispuesta a abandonar la montaña sin Elsa ¿Será posible para ella cumplir su objetivo? 

Sábado 13 de Septiembre
Capítulo 7 de A New Frozen Kingdom
"El rescate de una princesa"

 Hasta la fecha he subido todos los capítulos el mismo día cada mes, pero en día 10 de septiembre lo tengo ocupado todo el día y, en general, las primeras semanas del mes. Así que decidí dejarlo para el fin de semana, que hay más posibilidades de que tenga un momento para subirlo.
 En caso de haber algún cambio, informaré por aquí o bien por Twitter, pero no creo que haya ningún contratiempo.
 Un saludo y gracias por leer.

viernes, 22 de agosto de 2014

Problemas en el blog

 Bueno, por algún motivo todas las imágenes del blog han desparecido, tanto las de este como las de otros que tengo en construcción para futuras historias, aunque otros, como mi blog personal las mantienen (¡y menos mal!). 
 Desconozco el motivo de por qué ha pasado esto, ya he puesto la cabecera, el fondo y las imágenes de los laterales, pero queda todavía por poner las fichas de personaje y las de publicaciones anteriores. 


sábado, 9 de agosto de 2014

Capítulo 6: Una promesa

 Llevaba ya un par de horas intentando que la reina hiciera algo, o que se relajara al menos, pero lo único que logró fue llenar el castillo de nieve, romper una columna y destrozar las escaleras.
- ¿Tú no tienes muy claro el término "relajación" no? - Preguntó el muchacho con cierto sarcasmo.
 Elsa lo miró. No sabía si enfadarse con él por hablarle en ese tono o preocuparse porque sabía que estaba en lo cierto.
- Venga, tan tensa no lograrás nada, relájate, piensa que es un juego ¡disfrútalo! ¿O tengo que tirarte otra bola de nieve a la cara? - Dijo con una sonrisa divertida.
- ¡No! No será necesario. - Elsa cerró los ojos y respiró hondo tratando de concentrarse <<No has de sentir... hazte con ello.>> Las palabras de su padre resonaban en su cabeza. <<No has de sentir, no has de sentir... no sientas>>
 Abrió los ojos y se concentró en un punto concreto de la habitación donde pretendía crear una pequeña nevada. Concentró el poder en la palma de su mano y dejó escapar un rayo de energía que estalló en mil pedazos con el sonido de un relámpago cuando chocó con el suelo. Una fuerte ventisca comenzó a girar en la zona donde Elsa había fijado su mirada, pero el resultado no era el esperado: el suelo se había roto tras el impacto y estalagmitas de hielo parecían levantar la nube que desencadenaba el vendaval.
 <<Bueno>> Pensó Jack. <<Por lo menos se queda en su sitio>>. El muchacho se frotó la sienes un instante. Elsa trataba de controlar su creación pero se ponía nerviosa y lo único que lograba era hacerlo peor, hacía crecer el hielo roto y enfurecía el viento.
- Elsa, relájate. - Le decía el muchacho tras de sí. Pero Elsa solo podía prestar atención a la ventisca que cada vez era más grande, quería controlarla, pero no sabía cómo, se frustraba, se asustaba, trataba de recordar las enseñanzas de su padre <<No has de sentir, no has de sentir>>.
 Jack trató de llamar su atención un par de veces más sin éxito. La reina estaba demasiado obcecada en su imposible misión. Darle un susto ahora que estaba tan concentrada podría ser divertido.
 Se acercó  a Elsa lentamente por la espalda y ella ni siquiera parecía recordad que Jack aun estaba en la habitación. El viento era más fuerte a medida que se acercaba y movía los mechones de su pelo. Siguió avanzando sigilosamente y cuando estuvo lo suficientemente cerca se abalanzó sobre ella agarrándole los brazos.
- ¡Relájate! - Exclamó Jack, un tanto desesperado ya porque todos sus intentos fueran en vano.
 Elsa se sobresaltó al notar el contacto con la piel del muchacho. Sobresalto que provocó que todo el viento que estaba soplando exhalase su último aliento en dirección de ambos jóvenes antes de extinguirse.
 Por unos segundos Elsa se sintió tranquila, relajada y en paz. La estancia, aunque destrozada y con estatuas de hielo abstractas, estaba tan calmada como ella. Hasta que recordó que alguien la estaba tocando. Alguien frio como la nieve. Se apartó rápidamente volviéndose hacia él; quería decirle algo, pero no sabía qué.
- Bueno, eso ha estado mejor. - Elsa seguía mirándolo con una expresión confusa aunque pasmada. - Lo siento... - Dijo el muchacho mirándose la mano mientras flexionaba los dedos. Miró a Elsa de nuevo. - Soy de piel fría.
- No pasa nada. - Consiguió decir finalmente la reina. - El frio no me molesta.
- Sería un tanto irónico ¿no?
- Si, supongo que sí. -Terminó la frase con una pequeña carcajada que trató de ocultar, lo cual le hizo gracia al muchacho, que comenzó a reír después de dedicarle una divertida sonrisa a la reina. Elsa no puedo evitar reírse entrecortadamente, pues no estaba acostumbrada a reír y una reina no puede permitirse el lujo de reírse a carcajadas. 
- Mucho mejor cuando sonríes. - Dijo Jack con una sonrisa mientras cargaba su peso sobre su bastón -. Dime ¿en qué piensas exactamente cuándo intentas usar tu magia?
- Eh... bueno, yo. - Se apartó un mechón de cabello de la cara. - Trato de concentrarme en lo que quiero hacer e intento no sentir. - Al decir esto Jack la miró confuso.
- ¿Cómo es eso de no sentir?
- Pues , eso, no sentir, no tener emociones que puedan despertar mi poder y que hagan que se descontrole.
- ¿Quieres ser como un golem? ¿Quién te dio esa idea?
- Mi... padre. - Consiguió decir bajando la mirada.
- ¿Tu padre también tenía poderes?
- No. Pero mis poderes siempre han estado, de cierto modo, ligados a mi estado emocional. - Explicó mientras jugaba intranquila con sus manos. - Cuando era una niña era capaz de controlarlos, pero desde el incidente que tuve jugando con mi hermana y a medida que crecí mi poder se hacía más fuerte e incontrolable.
- ¿Viniste hasta aquí para proteger a tu hermana?
- Si. Para protegerlos a todos realmente. - Hizo una pausa. - Verás, ayer se celebró mi coronación como reina de Arendelle pero tuve una pequeña discusión con mi hermana que terminó en desastre y ahora todo el pueblo sabe que... bueno, que soy un monstruo.
- ¡¿Un monstruo?! - Exclamó Jack divertido. - El que te haya dicho eso no ha visto muchos. ¿Entonces te has exiliado de tu propio reino? Curioso... y has construido este castillo tu solita. ¿Cómo?
- No... no lo sé, estaba muy asustada al principio pero después pensé que tenía una nueva oportunidad de tener una vida fuera de palacio. Sin gente de la que ocultarme, sin responsabilidades reales, siendo yo misma ¡siendo libre! - Hizo una pausa para coger aire. Sin saber muy bien porque estaba empezando a emocionarse. Sonrió. - Me sentí tan bien en ese momento.
- Porque no estabas preocupada, no tenías miedo. Ahora tienes miedo ¿Pero por qué?
- No lo se... - Se miró las manos -. Siempre he vivido con miedo. Me da miedo que alguien intente encontrarme, me da miedo que le ocurra algo a mi hermana... me da miedo estar sola.
- Pero ahora no estás sola, me tienes a mí.
- ¿Por cuánto tiempo? - Se podía notar la tristeza y la desesperación es sus palabras. Jack la miró un instante y desvió su vista, no sabía que responder ¿Cuánto tiempo estaría él ahí? No podía quedarse para siempre. Entonces recordó algo que le había dicho Hada y metió una mano en el bolsillo buscando algo.
- Toma. - Se acercó a ella y extendió la mano con uno de los anillos que Hada había robado para él. - Si algún día me marcho y me necesitas, si piensas en mi y te pones este anillo te encontraré. - Hizo una pausa y la miró a los ojos -. Te lo prometo.
 Elsa titubeó, pero finalmente cogió el anillo. Lo observó detenidamente, era precioso, claro y trasparente como el hielo. La luz que en él se reflejaba hacia que cambiara levemente de color. Cerró con fuerza ambas manos y las acercó al pecho, como si tratara de proteger el anillo. Como si fuera un tesoro.
- Gracias. - Dijo finalmente la reina con una sonrisa en el rostro.
 Elsa derrochaba gracia y elegancia, pero su rostro siempre estaba triste, preocupado y sus ojos llenos de miedo. Pero cuando sonreía su rostro afligido se llenaba de luz y parecía todavía más bella. Jack llevaba poco tiempo con ella pero enseguida se dio cuenta de que no estaba acostumbrada a sonreír, por lo que cada vez que el rostro de la reina dibujaba una sonrisa él trataba de no perder detalle y disfrutar ese momento. De algún modo sentía que esas sonrisas tenía un poder oculto que le hacía sentir algo que nunca había sentido.
- Jack, yo... - Apartó la vista del muchacho -. No quiero ser grosera pero... estoy bastante cansada y...
- No te preocupes. - La interrumpió -. Me iré a dar una vuelta, tu... - Hizo una pausa -. Digo: vos descansad, alteza. - Terminó la frase con una reverencia.
 Elsa no pudo evitar reírse de nuevo, cubriendo tímidamente su boca con una de sus finas manos; pues, aunque todo el mundo la trataba con tales cortesías, era muy consciente de que Jack no era de esas personas.
 El muchacho se despidió y salió de la estancia por el balcón. El torbellino que protegía el palacio funcionaba a la perfección y los muros seguían en pie. Jack no pudo evitar sentir lástima por Elsa al ver aquello, ella creía ser libre ahora, pero lo único que hizo fue cambiar su jaula por una al aire libre. <<Elsa... Ojalá algún día puedas ser libre de verdad>>.

 No muy lejos de allí Kristoff, Anna y Sven descansaban en una pequeña gruta. Hacía frío, pero por lo menos el viento no les azotaba violentamente como si tratara de cortarles en mil pedazos. A Kristoff le habría gustado encender fuego pero perdió la madera seca, la yesca y el pedernal con el trineo. Salir en busca de palos secos con ese temporal era una locura, pero también lo era quedarse ahí quietos esperando que el frío los consumiera.
 Aunque al muchacho no le gustaba que otras personas se acercaran a Sven, este le cedió su sitio a la princesa para que pudiera calentarse con el pelaje del reno. Anna se había acurrucado junto a Sven. Olía mal, pero no le importaba, solo podía pensar en lo mucho que le dolía el cuerpo y en lo entumecida que estaba por el frio. Quería quitarse una manopla para ver sus dedos, pero le daba miedo y aparte casi no podía flexionarlos. Le dolían.
  Kristoff no estaba mucho mejor, pero trataba de disimularlo. De todos modos el joven estaba impresionado por la determinación de la muchacha, pues aunque era evidente su sufrimiento no se quejó ni una sola vez. Él estaba sentado frente a Sven y Anna moviendo las manos constante mente para tratar de calentarlas y no perder del todo la sensibilidad. Miró a la muchacha, cansada y dolorida, pero que a pesar de ello tuvo que arrastrarla a descansar, pues ella creía que, tal vez, habría algún lugar donde no soplara el viento y podrían pasar.
  Ambos necesitaban descansar pero Kristoff temía quedarse dormido con tales temperaturas y no volver a despertarse, al igual que Anna, la cual se habría quedado dormida de inmediato si no hiciera tanto frío. La princesa no dejaba de tiritar entre en pelaje de Sven <<Si tuviera el trineo podría haber hecho una hoguera y dejarle algo de ropa>>. Kristoff se levantó de su sitió y se acurrucó junto a Anna rodeándola con los brazos.
- Kristoff... - Dijo la princesa con voz débil. - ¿Que estás haciendo?
- Intento darte calor. Espero que si salimos de esta no me condenen por tocar a la princesa. - Dijo con tono burlón.
- No. - Le miró -. No lo harán. Gracias. - Cerró los ojos y apoyo la cabeza sobre el hombro del muchacho.